Ya en 2016, Huawei estaba desarrollando el sistema Harmony, y después de que el sistema Android de Google cortara el suministro a Huawei, el desarrollo de Harmony por parte de Huawei también se aceleró.

En primer lugar, el diseño del contenido es más lógico y visible: en comparación con la versión Android de la app Jingdong, la versión Harmony presenta una disposición más lógica de los iconos de la interfaz. Tras dividir el contenido en secciones, resulta claro a simple vista.

En segundo lugar, la lectura de contenidos es más ordenada: a diferencia de la versión Android de los anuncios de teléfonos móviles que vuelan por toda la pantalla, el sistema Harmony rechaza la entrada de anuncios comerciales, brindando a los usuarios una experiencia de compra limpia y agradable.

Además, el Internet de Todo se materializa a partir de un ideal: la capacidad distribuida de Harmony no solo permite pasar de forma fluida y rápida el vídeo que se reproduce en el móvil a la pantalla grande, sino que también permite usar el móvil como control remoto para crear una lluvia de dibujos a mano y emojis. Interacción alfabetizada en la pantalla grande. La información de la versión Harmony de la aplicación Jingdong se puede mostrar en ordenadores, tabletas, televisores y otros terminales, lo que materializa el Internet de Todo.

Hoy, el sistema Harmony está listo para funcionar en cualquier momento.

Sin embargo, es muy fácil iniciar el sistema. La mayor dificultad reside en lograr que las principales aplicaciones populares se integren en Harmony y sean compatibles con él.

En los últimos 20 años, los desarrolladores de toda la industria móvil se han basado en plataformas de hardware portátiles; con Harmony, pueden deshacerse de la escena del teléfono móvil único y abrir un espacio comercial más amplio.

Quizás sea prematuro, pero ya podemos decirlo: ¡Adiós, Android!